sábado, 21 de enero de 2006

¡Qué paja el sauna!

Y si pues, es verano, dicen que hay que estar flacas... y como yo ando de floja, convencí a mi hermano para que me preste 100 luquitas y meterme al gimnasio. Aprovechando las ofertas y esas cosas veraniegas... pues nos metimos los dos... ni modo, nada es perfecto.
Empezamos el martes sin querer queriendo, lo empuje yo en realidad, porque él ya iba a renunciar pero había que hacer la finta de que quería ir con él. (Así somos las mujeres... hasta a los hermanos!)
Me dijeron que el miércoles era día de sauna, así que algo dentro de mí dijo "bien!" Creo sinceramente que parte de mí esta demasiado llena del perverso. Alguna vez hubimos conversado sobre una peli que vimos, una flaca tirando con una chica en el sauna, hasta que fue pillada por el de mantenimiento... mmmm... sí pues, se me vino semejante idea en la cabeza y se los juro, me excité tanto que me puse roja y el tarado de mi hermano me dijo "oe? a quién has visto?" Para salvación mía, estaba en las máquinas un tipo que alguna vez me presentaron.. "mira, áhí esta el huevón de Lucho XXX"
Miércoles, algo cansada lo admito, hice el spinning, tae bo y me metí al sauna, la mayoría ya había salido, así que cuando entré solo estaba una tía toda flaca. Hablamos un rato, me dió algunos tips y se fue. "Ya son casi las 9 y media, por eso ya no hay bulla, ya acabaron baile" Se quitó diciéndome que las duchas estaban llenas... osea... medio mundo ya se iba.
Como pensé nadie más entro. Yo estaba solo con mi hilo dental. Sudando claro esta, cubierta de crema y el pelo húmedo por el acondicionador, como me lo había dicho mi prima y como la ví a la tia flaca, empecé a sobar mi piel para sacar la mugre, jaja. Bueno, la sobadita estuvo buena, el calorcito, la humedad. Me moría por sobar por otro lado, pero y si alguien entraba de último minuto? Aún oía gente afuera, pero nadie entraba. ¡Qué diablos! Metí mi dedito entre las piernas, haciendo a un ladito la truza. Me había afeitado bastante, así que entré rapidito por donde debía, toquetié un rato más, acaricie mis senos que brillaban con la luz del único foquito con luz amarilla.... me moví un poquito... y listo!
Jamás pensé que rico sería pajearme entre tanto calor. Más me emocionaba saber que se lo podría contar a mi perverso... y ponerlo picón. Sería la segunda vez que mi mano, pensando en él me daba mucho placer. Ya veremos que opina.
Hoy sábado no fuí al sauna pues es el cumple de mi hermano y hay que agradecer el gimnasio arreglando para que vengan sus patas, pero eso sí, el sauna no me lo pierdo nunca más!

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