domingo, 16 de agosto de 2009

encaje, labial y Mimi

Debí contarles la historia fresquita pero he tenido que postergar mi testimonio ya que he estado en un período de mucho estrés, y aquí viene el hecho del recuerdo de la dulce Mimí en esos jodidos momentos.
Recordar su mirada y sus mejillas sonrojadas cuando tenía los labios semiabiertos mientras la maquillaba por primera vez, su pose de niña inocente mostrándome el encaje que le conseguí, modelándolo para que me excite y la tome pronto.
Nada tan reconfortante para mí resultó ver a mi dulce e inocente Mimí diciendo que se dejaría hacer todo lo que le pida, todo.
Eso me tenía con la excitación al máximo y con las ganas de poseerla ya; pero tenía que ser paciente, dulce, darle más confianza para que se deje hacer las cosas que yo quería.
Primero, colocarle el encaje que había conseguido, mezcla de rosa y blanco con unas florcitas y unos detalles super femeninos, pero sobretodo, virginales.
Segundo, probarle el brasiere rojo que le había conseguido, donde podría formar unos senos redonditos… sin embargo, no nos gustó como se le veía. Lo sacamos.
Cuando le dije que quería maquillarla, me pareció divertido, siempre había querido besar sus labios maquillados con un delicioso labial rojo.
Se dejó maquillar los labios para empezar. Mientras tanto, le iba explicando las cosas del maquillaje, primero delineamos, luego rellenamos. Ver su rostro sonrojarse, fue la cosa más dulce y que jamás olvidaré, algo que me ha alegrado todas estas semanas, ver ese rostro cogiendo color… mientras seguía recostada en la cama, con sus manitos inquietas, sin saber donde ponerlas.
Luego lo demás fue sencillo, llenarla de besos suaves, fuertes, acariciar su trasero, es que realmente estaba yo en un momento de fascinación viendo como preguntaba si de tal o cual manera me gustaba más, recontra posera y putita me estaba saliendo esta niña.
Una vez sobre Mimí, mientras la besaba, mientras veía sus labios despintarse debido a la fuerza que le poníamos a nuestros besos, se me ocurrió bajar y chupársela como loca. Eso hice.
Jamás utilicé el strap on, jamás metí mi dedito en su ano, jamás hice nada más que chuparle la pinga como loca y Mimí se volvió loca…
Cogermela al final, fue divertido, claro que terminó siendo al revés. Luego Mimí se levantó, se sacó el encaje y comenzó a cogerme con unas ganas que jamás le había visto, estuvo penetrándome como una loca.
Luego me pidió que subiera, asi que era yo quién podía controlar el ritmo, sin embargo Mimí saltaba y yo saltaba también, estuvo a punto de venirse, a punto de venirse dentro mío y eso me excitaba más, jugar con fuego, pensé por un segundo “Un hijo de dos mamás” jajaja, me dió un ataque de risa y Mimí estaba confundida preguntándome qué me pasaba, porque ya estaba a punto de venirse y yo tuve que aguantar la risa y Mimí aguantó otra cosa. Jadeando ambos, retomó la penetración, él debajo de mí y luego de un ratito me dijo que se venía, así que como yo ya me había venido dos veces, bajé y esperé que se viniera en mi boca como siempre.
Y ahí mismo, manchó su encaje nuevo, manchó las sábanas, manchó mi boca y ahí mismito, Mimí había tenido su primera vez.
Bueno, algo poético y romanticón jajaja, pero eso sí, JAMÁS olvidaré su carita sonrojandose mientras lo/a maquillaba.
Ay Perverso, ya empezamos con las transformaciones, ¿qué miércoles haremos la próxima vez?