domingo, 25 de setiembre de 2005

Perverso

Habia llegado puntual..él siempre lo era. Me faltaba una cuadra para llegar, pero él ya me había ganado. Timbra el celular. Acaso cree que no iré? acaso no se ha dado cuenta que... que le dije que si lo vería y eso es porque tengo tantas ganas de estar con él que me voy a verlo sin importar nadie?
Lo saludé como siempre, con un beso de patas, creo que él ni siquiera había pensado en saludarme. El siempre tan apurado. Yo toda abrigada... él todo descubierto. Verlo así me excitó mucho más. Luego de una conversa tonta caminamos hacia nuestro escondite. Habiamos llegado ahí la primera vez sin pensarlo. Ahora, lo volveríamos a visitar. Juntos.
Una vez más iniciariamos nuestro juego tirados en la cama viendo televisión y hablando de todo hasta que yo le dijera que ponga el circuito cerrado. Así lo hicimos. Me abrazó sin querer queriendo y me comenzó a hacer cosquillitas, yo lo abrazaba... lo sentía más y me hacía la loca mientras me iba tocando cada vez más apasionadamente.
Voltearía a besarlo como jugando, como un par de chiquillos...en realidad yo había estado con otros, en realidad me volvía virgen cada vez que estaba a su lado. Me sentía asi, como si no supiera que hacer, como si no supiera por donde empezar, llena de verguenza y algo de temor. Verguenza de hacerlo ver mi nerviosismo pues me estaba gustando cada vez más el juego y no debería ser así, y temor pues... lo conocía y sabía muy bien que en cualquier momento saldría con una cosa de esas, que incluiría no solo sus fantasías -o las mías- sino que además, me pediría ser el primero en hacerlo conmigo. Siempre era el primero. Siempre fue el primero, siempre será el primero.
Me sacó la blusa y se mató de la risa cuando creyó romperla por sacarmela tan rápido. Aún dudaba en como sacar los broches de mi brasiere, y abrió los ojos mientras tocaba mi cintura y exploraba mis caderas sintiendo mi hilo dental, quedando fascinado "Te has puesto un bikini? espera..esto se llama hilo no?" y comenzo a tocar mi trasero, acariciandolo y luego sacandome la truza para quedarse viendola fascinado. Me encantaba su sonrisa de niño perverso descubriendo algo nuevo. Creo que sentí que lo amaba, pero... me dejé llevar por él otra vez.
Tocar su pecho, besarlo, rozar mi cara contra la suya. Ah! lo había deseado tanto, lo había extrañado tanto!
Nos besamos con una pasión que no había sentido antes, me dijo que me haría suya una vez más y no me negué, me perdi con él, en serio quería más que perderme, queria ser una perdida, perdida total, pero suya. Nunca se lo dije.
Hicimos las cosas más locas aquella tarde, incluso me atreví a decir su nombre un par de veces, y él se atrevió a decir que le encantaba ser perverso... pero solo conmigo.
PUBLICADO EL DOMINGO 25 DE SEPTIEMBRE DEL 2005.

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